lunes, 16 de mayo de 2016

Armas Químicas empleadas en la Segunda Guerra Mundial




Por: JOSE FERMIN CANDEL




Armas químicas: Tabún





El tabún es un arma química, clasificada como un agente nervioso. Los agentes nerviosos son los agentes químicos de guerra más tóxicos y de más rápido efecto que se conocen.
El tabún fue desarrollado originalmente como pesticida en 1936 en Alemania. También se conoce como "GA" y es un liquido claro, incoloro e insípido que tiene un ligero olor a frutas. El tabún puede convertirse en vapor si se calienta y no se encuentra en forma natural en el ambiente.



Propiedades químicas





Su punto de fusión es de -50 °C y su punto de ebullición es de 247 °C. Son parecidos a los pesticidas organofosforados debido a la forma en que actúan y a los efectos dañinos que producen. Sin embargo, los agentes nerviosos son mucho más potentes que los pesticidas organofosforados.

Efectos en el organismo



El tabún, como muchos otros agentes nerviosos es un inhibidor de la colinesterasa casi irreversible. Los efectos comienzan a aparecer entre 0,5 a 2 minutos luego de la exposición al gas (ya sea por contacto con la piel o al ser inhalado). Según el tipo de exposición (directa o indirecta) puede generar contracciones musculares, convulsiones, estados de coma y paralización del sistema respiratorio, provocando la muerte.



Los síntomas normales son: irritación nasal, presión en el pecho, visión borrosa, hiperhidrosis y salivación excesiva, nauseas, vómitos, calambres y pérdida del control de esfínteres, temblores, sacudidas involuntarias, jaqueca, confusión, pérdida de la conciencia, coma, convulsiones y finalmente muerte por cese de la respiración.
El Tabún logra efectos inhabilitantes entre uno a diez minutos, y efectos mortales antes de los 15 minutos desde su contacto o inhalación.



Armas químicas: Zyklon B





Zyklon B era la marca registrada de un pesticida a base de cianuro. Era fabricado por la compañía IG Farben, que era la unión de la farmacéutica Bayer y otras 2 compañías alemanas. También conocido como Cyclon B, consistía en ácido cianhídrico, junto con un estabilizador y un aditivo odorante e irritante de advertencia. Con esta mezcla se impregnaban diversos materiales de soporte, tales como pequeñas bolas absorbentes o discos de fibra.

El Zyklon B acabó convirtiéndose en uno de los principales instrumentos de la "solución final" nazi. En 1940, se utilizó sobre 250 niños gitanos en el campo de concentración de Buchenwald para probar el efecto del gas. En 1941 se realizaron experimentos con Zyklon B en Auschwitz. El 3 de septiembre de ese año, 600 prisioneros de guerra soviéticos fueron gaseados con Zyklon B, siendo ésta la primera experimentación con el gas en el campo de Auschwitz.
Irónicamente, el Zyklon B fue desarrollado en la década de 1920 por Fritz Haber, un judío alemán que fue forzado a emigrar en 1934 y cuya extensa familia fue asesinada usando el gas que él ayudó a crear.





Propiedades químicas

Se necesitaban apenas 4 gramos Zyklon B por persona para causar la muerte, esto significaba que 1 tonelada de este producto podía matar a 250.000 personas.



Efectos en el organismo

El Zyklon B reaccionaba con la humedad ambiental interna producida por las personas, y estas sufrían en primer lugar sofocación. Posteriormente perdían el control de los esfínteres por la anoxia. Como resultado de ello, las víctimas se orinaban y defecaban sin control, mientras que las mujeres en regla menstruaban desmesuradamente. Luego venía la inconsciencia, la muerte cerebral, el coma y la muerte, entre 20 y 25 minutos después de ingresadas las dosis de veneno. La muerte no es instantánea como podría deducirse sino debida a una sofocación creciente en las víctimas.





Armas químicas: Somán


El somán o “GD”, es una sustancia química extremadamente tóxica empleada como arma química y clasificada como agente nervioso. Es un líquido volátil, corrosivo, transparente y casi sin olor. Comúnmente, tiene colores que van del amarillo al marrón. La dosis mortal es 70 mg en humanos. Es más letal y más denso que el gas sarín y que el tabún, pero menos que el ciclosarin.
 Como cualquier arma química, está clasificada como un arma de destrucción masiva para las Naciones unidas de acuerdo con la resolución de la ONU 687. Su producción está estrictamente controlada, almacenada y está prohibida desde la Convención sobre armas químicas de 1993. El somán es el tercero de los gentes nerviosos denominados Serie-G, descubiertos junto con el tabún (GA), sarín (GB), y el ciclosarin (GF).



El somán fue descubierto por Richard Kuhn en Alemania en 1944. Representa al último agente nervioso de las guerras.





Propiedades químicas


La producción del somán es muy similar a la del sarín. La única diferencia es que el isopropanol empleado en la producción del sarín, es reemplazado por alcohol pinacólico.
El somán se sintetiza mediante la reacción de alcohol pinacolílico con difluoruro de metilfosfonilo. El resultado de esta reacción es la formación de somán, que se describe como «líquido incoloro con un olor afrutado». La baja presión de vapor del somán producirá también su forma de gas volátil. Su punto de fusión es de -42ºC y su punto de ebullición de198 ºC.

Efectos en el organismo


Actúa interfiriendo con el normal funcionamiento del sistema nervioso de los mamíferos, inhibiendo la enzima colinesterasa.




Armas químicas: Sarín



El sarín o también llamado “GB” es un líquido incoloro e inoloro usado como arma química debido a su extrema potencia como agente nervioso. Fue clasificado como arma de destrucción masiva en la resolución 687 de la ONU. La producción y almacenamiento de gas sarín fue declarada ilegal en la Convención sobre Armas Químicas de 1993 donde se clasifica como una sustancia de lista 1.
Su nombre es un acrónimo de los nombres de sus descubridores, los científicos Schrader, Ambros, Rüdiger y Van der Linde.
Su descubrimiento data de 1938 en Alemania. Puede convertirse en vapor (gas) y propagarse al medio ambiente. No se encuentra en forma natural en el ambiente.




Propiedades químicas


El sarín es una molécula quiral, con cuatro sustituyentes unidos al centro de fósforo tetraédrico. La forma SP es el enantiómero más activo debido a su mayor unión a la acetilcolinesterasa. Se prepara a partir de metilfosfonil difluoruro y una mezcla de alcohol isopropílico.
Se le agrega isopropilamina para neutralizar el fluoruro de hidrógeno durante esta reacción alcoholisis. Como arma química binaria, puede ser generado in situ por esta misma reacción. Su punto de fusión es de -56ºC y el de ebullición es de 158ºC




Efectos en el organismo


Su mecanismo de acción se asemeja a la de algunos insecticidas de uso común. Al igual que otros agentes nerviosos, el sarín ataca el sistema nervioso.




Específicamente, el sarín es un potente inhibidor de la enzima colinesterasa. El sarín actúa sobre la colinesterasa mediante la formación de un enlace covalente con el residuo de serina en el sitio activo. El fluoruro es el grupo saliente, y el fosfoéster resultante es robusto pero biológicamente inactivo. Con la enzima inhibida, la acetilcolina se acumula en las sinapsis y continúa actuando de manera tal que los impulsos nerviosos son, en efecto, continuamente transmitidos. Normalmente, la acetilcolinesterasa descompone la acetilcolina en la hendidura sináptica con el fin de permitir que el músculo efector u órgano se relaje. La muerte suele producirse como resultado de asfixia debido a la incapacidad de funcionar de los músculos implicados en la respiración.







Armas químicas: Lewisita


La Lewisita es un líquido aceitoso incoloro que huele a geranios. Se sintetizo por primera vez en 1903 cuando el padre Julious Aloysus Nieuwland, de la Universidad Católica de Washington, cuando estudiaba la reactividad del acetileno con el tricloruro arsénico en presencia de cloruro de aluminio como catalizador. El padre Nieuwland tuvo que ser hospitalizado varios días por la intoxicación que le produjo la exposición a la sustancia química que se generó en la reacción. El general Fries califico esta sustancia como “el rocío de la muerte” cuando se le comunico que podría dispensarse fácilmente desde aeronaves. Posteriormente en la Segunda Guerra Mundial se le dio el código L. Japón lo utilizo contra la invasión de algunas ciudades chinas como agente químico.




Propiedades químicas


La Lewisita tiene un punto de fusión de -18 °C y un punto de ebullición      de 190 °C. Suele encontrarse como una mezcla de dos isómeros: el predominante es el dicloruro de 2-clorovinilarsino, aunque también suele haber presente dicloruro bis (2-cloroetenil) arsinoso y tris (2-clorovinil) arsinoso. La Lewisita puede escribirse con alguno de los nombres anteriores, y también se describe a veces como 2-clorovinildicloroarsina, dicloruro (2-cloroetenil) arsinoso, o bien, dicloro (2-clorovinil) arsina. La hidrólisis de la Lewisita forma ácido clorhídrico, y en contacto con soluciones alcalinas puede formar arsenato trisódico venenoso.




Efectos en el organismo


Si se respiran vapores de Lewisita, inmediatamente habrá irritación de las vías respiratorias. Puede que se sienta dolor de quemaduras en la nariz y los senos nasales, laringitis, tos, falta de aliento, náusea y vómitos. También se puede sufrir daño del tejido respiratorio y acumulación de líquido en los pulmones, lo que puede causar la muerte.
El contacto de vapores de Lewisita con la piel producirá dolor en el sitio de contacto, hinchazón y salpullido, seguido por la formación de ampollas, lo que puede ocurrir después de horas. Si los vapores de Lewisita entran en contacto con los ojos, inmediatamente experimentará dolor e hinchazón, daño grave de la córnea y de otras partes del ojo.
La ingestión de Lewisita producirá ardor de la boca y la garganta, fuerte dolor de estómago, náusea, vómitos y sangre en las heces.
Si alguna cantidad de la Lewisita que se inhala, toca o ingiere pasa a la corriente sanguínea, ésta puede producir daño de la médula de los huesos y pérdida de líquido de los vasos sanguíneos, lo que puede causar disminución de la presión sanguínea y daño del resto del cuerpo.
Existen dudas sobre si la exposición a la Lewisita afecta a la reproducción en seres humanos.




Armas químicas: El gas Mostaza


La mostaza sulfurada (bis (2-cloroetil) sulfano) es un tipo de agente químico utilizado como arma de guerra. La mostaza sulfurada también se conoce como gas mostaza o "agente mostaza”. Independientemente del nombre se trata de un arma química, quizás de las más conocidas debido a la “fama” que ganó en la Primera Guerra Mundial y que posteriormente fue usada en la Segunda Guerra Mundial por Japón (junto a la Lewisita) en la invasión de China.




Aunque hay un poco de discrepancia con la fecha en que se sintetizó, parece haber acuerdo en que fue en 1822 por el químico César-Mansuète Despretz. Aunque no fue hasta 1860 cuando se describieron sus efectos perjudiciales, gracias a los químicos Frederick Guthrie y Albert Niemann.



Propiedades químicas


Probablemente el nombre de “gas mostaza” sea el menos apropiado para el gas.
Su punto de fusión es de 14.4 ºC y el de ebullición de 214ºC (lo que quiere decir que a temperatura ambiente está en estado líquido). Para extenderlo, los soldados alemanes utilizaban aerosoles o misiles cargados, de manera que pudiese llegar lo más lejos posible.
Uno de los primeros problemas que surgió fue el de cómo utilizarlo en lugares con temperaturas más bajas ya que en estado sólido no era demasiado útil. El remedio que encontraron fue mezclarlo con Lewisita, así su punto de congelación baja a -26 ºC sin que apenas afecte a la efectividad del gas (en sitios aún más fríos se utilizarían directamente otros productos).
Respecto a la parte «mostaza» el nombre viene por cómo se hacía al principio. El material adquiría un color amarillento y un olor que olía más a cebollas podridas  que a mostaza. Además, en cuanto entrara en contacto con alguna mucosa la irritaría y ya no se podría oler, así que esa peste no duraría mucho. En fabricaciones más puras, la sustancia es prácticamente inodora e incolora.


Efectos en el organismo

Aunque se necesita muy poco para causar ampollas en la piel, en realidad la tasa de mortalidad no llega al 5% del total de los expuestos. Más concretamente, de 2143 soldados afectados en los primeros ataques, solo un 4.4% murieron. El problema es que incapacita al que lo sufre debido a la gran cantidad de síntomas.
El agente mostaza afecta sobre todo a las mucosas o zonas húmedas (ojos, fosas nasales, boca, etc.) Los síntomas “leves” suelen ser picor de ojos con mucho llanto, inflamación de la piel, irritación de las membranas con mucosas, picor en la garganta, tos y estornudos.



Si las cosas se ponen más feas, los síntomas pueden llegar a ser pérdida de vista, formación de ampollas en la piel, náuseas, vómitos, diarrea y dificultades respiratorias. Respecto a los órganos internos, los daños se producen en la médula, el bazo y el tejido linfático, lo que conlleva que a los 5-10 días haya una disminución drástica de la producción de glóbulos blancos y otras células sanguíneas, una condición muy parecida a la que sufre un individuo tras exponerse a radiación ionizante.
A pesar de todo esto, para causar una muerte se necesita alrededor de 50 veces más gas inhalado que un gas nervioso como el gas sarín. Y aun así, las personas suelen morir a partir de una semana de la exposición al arma química.
Cura y aislamiento tras la exposicion al gas
Hasta el momento no hay una cura para el efecto del gas. Lo que se hace es prevenirlo y paliar los síntomas. Se deben lavar los ojos abundantemente con agua o una solución salina y poner gafas protectoras y hacer beber a la víctima agua o leche. Si ha tocado la ropa lo más recomendable es quitársela y aislarla en dos bolsas de plástico, y si hay sospecha de que ha tocado el pelo, cortarlo. Respecto a la piel, la experiencia muestra que se puede curar incluso si hay afectado un 80%-90% del tejido, pero normalmente se necesitará cirugía plástica. Contra los dolores no queda otra que anestésicos y para la respiración broncodilatadores.



Armas químicas: Fosgeno


El fosgeno es un importante componente químico industrial utilizado para hacer plásticos y pesticidas, pero a temperatura ambiente (21 °C), el fosgeno es un gas venenoso. Cuando está en forma gaseosa permanece cerca del suelo y se propaga con rapidez (es más denso que el aire y por esa razón se expande hacia áreas más bajas). Al fosgeno también se le conoce por su denominación militar “CG”.




El gas de fosgeno puede ser incoloro o puede verse como una nube que varía de blanca a amarilla pálida. En bajas concentraciones, tiene un olor agradable como a heno recién cortado o maíz verde, pero es posible que no todas las personas expuestas se den cuenta del olor. En altas concentraciones, el olor puede ser fuerte y desagradable.
Este componente fue utilizado en la Segunda Guerra Mundial como un agente químico asfixiante. Entre los agentes químicos utilizados en la guerra, el fosgeno fue el responsable del mayor número de muertes. No se encuentra en forma natural en el ambiente.





Propiedades químicas

El fosgeno u oxicloruro de carbono, cuya fórmula química es COCl2, es un gas generalmente incoloro y no inflamable, con un olor agradable, similar al del heno recién cortado. Es una sustancia química artificial, aunque pequeñas cantidades son formadas en la naturaleza a partir de la degradación de compuestos del cloro.
Se usa en la creación de tinturas, isocianatos, policarbonatos, cloruros ácidos, plaguicidas y, en otro orden de cosas, algunos medicamentos. Además es usado en la separación de algunos minerales. El fosgeno es un gas a temperatura ambiente, ya que, su punto de fusión es de -144ºC  y su punto de ebullición de 8ºC.




Efectos en el organismo

La salud se ve afectada por el fosgeno si éste es respirado. En bajos niveles provoca irritación de los ojos y garganta (tos y jadeos). En altos niveles dilata los pulmones, dificultando la respiración, lo cual se nota en un máximo de un día. Un nivel excesivamente alto provoca la muerte por fallos pulmonares.
Si el fosgeno, líquido o gaseoso, entra en contacto con la piel u ojos se sufrirán quemaduras químicas. Por otro lado el fosgeno líquido también puede causar congelación (aunque es improbable tener contacto con fosgeno líquido). Si el fosgeno líquido es ingerido provocará daños (no necesariamente leves) en la boca, la garganta, el esófago, y el estómago.









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